Los cuentos de nuestros hijos, que nos sirven para nosotras

No me imaginaba el impacto que iba a volver a tener en mi los famosos clásicos cuentos infantiles. Digo esto, porque Oli ya está más grande, le gusta que le lea y muchas veces a ella misma le gusta inventar sus propios cuentos ( más de una vez la encontré con sus muñecas y peluches armando un escenario y su propia obra). Pero si bien, más de una vez intento leer lo más rápido que puedo por mi cansancio de madre, muchas otras me tomo el momento para analizar que le estoy leyendo y transmitiendo a mi hija.

Me acuerdo cuando era chica, tenia una libro enorme con varios de los cuentos infantiles clásicos que todos conocemos: Caperucita, Los 3 chanchitos, Alicia en el país de las maravillas, Blancanieves… en fin varios, y nunca me puse o recordé las moralejas de cada uno hasta hoy.

Así que me dieron ganas de hacer ese trabajito, porque una piensa que no, pero ellos prestan atención a todo!!! Oli está en la fase que repite todoooooo y también se queda con los lindos comentarios y lindas enseñanzas.

Este post no tiene un objetivo en particular, solamente compartirles este recuerdo que me trae ser mamá. Este momento de frenar un segundo, y antes de leerle cualquier cosa mirar y prestar mucha atención a qué contenido le estoy ofreciendo a mi hija. Les propongo que ustedes hagan lo mismo. Que tomen su momento de elegir libros y cuentos que sumen a sus vidas, donde transmitan enseñanzas, valores y lindos conceptos para que de alguna manera podamos colaborar a que sigan creciendo en un camino de bien.

Hoy recuerdo esos clásicos también como mamá emprendedora, y hay muchas frases brillantes que podemos utilizar en nuestros proyectos y vida.

Les dejo algunas de mis preferidas y las aliento a qué busquen en alguno de esos cuentos que leen por las noches las que más las identifique a ustedes! 🙂

«Lo Esencial es invisible a los ojos.» El principito-Antoine de Saint-Exupéry

Alicia le preguntó al conejo: ¿Cuál es el camino que debo tomar ?». El conejo le respondió: «Depende de a donde quieras ir». Y Alicia dijo: «Pero no sé donde quiero ir». Y el conejo le respondió: «Entonces si no sabes adonde vas, cualquier camino te llevará ahí». Lewis Carrol in Alicia en el País de las Maravillas.