Como madre, profesional y mentora, he experimentado en carne propia la presión que muchas mujeres sienten al tener que equilibrar la maternidad con su desarrollo laboral. Desde que me convertí en madre, la pregunta que nunca deja de rondarme es si ser mamá de alguna manera podría perjudicar mi carrera o mi trabajo. Esta preocupación es muy común, y muchas mujeres, antes de serlo, temen que su vida profesional se vea afectada de manera negativa.
Quiero compartir mi experiencia porque, aunque este temor es real, también creo firmemente que es posible vivir ambas facetas de manera plena, si logramos redefinir lo que significa ser madre y profesional.
El desafío que trae la maternidad
Cuando me convertí en mamá, como muchas, sentí que mi tiempo, mis energías y mis prioridades se dividían entre mi familia y mi carrera ( podés leer sobre mi historia acá). Pero lo que descubrí con el tiempo es que la maternidad no es un obstáculo, sino una fortaleza. Ser madre me enseñó a gestionar mejor mi tiempo, a ser más eficiente, y a priorizar lo que realmente importa. Las habilidades de organización y toma de decisiones que desarrollamos las madres son invaluables, y son competencias que las mujeres podemos aplicar con éxito en el ámbito laboral.
El miedo a ser juzgadas
No puedo negar que, al principio, sentí miedo de que la maternidad me pusiera en desventaja en el trabajo. El miedo al juicio social, la presión de ser perfecta y la idea de que una mujer con hijos tiene menos disponibilidad o compromiso con su carrera son pensamientos que muchas compartimos. Sin embargo, a medida que fui creciendo profesionalmente y como madre, me di cuenta de que estos miedos, aunque válidos, no deberían definir nuestro camino.
Es cierto que las dinámicas laborales todavía están marcadas por estereotipos de género y de cómo una madre debería comportarse, pero cada vez más estamos viendo que las empresas que apuestan por la flexibilidad y el entendimiento, tienen empleados más comprometidos y productivos. Lo que hace falta, muchas veces, no es que las mujeres tengamos que «demostrar» que podemos con todo, sino que el entorno laboral se adapte a las nuevas realidades.
Equilibrio entre trabajo y maternidad
Hoy en día, soy mentora de emprendedoras y muchas veces trabajo con mujeres que temen que la maternidad las frene o las desvíe de sus sueños profesionales. Mi consejo siempre es el mismo: el equilibrio no significa hacerlo todo perfectamente, sino aprender a delegar, a establecer límites, y a ser compasivas con nosotras mismas. La maternidad no debe ser vista como un obstáculo, sino como una oportunidad de crecimiento personal y profesional. Las madres desarrollamos un enfoque único para resolver problemas, una empatía y resiliencia que nos hace más fuertes, tanto en el hogar como en el trabajo.
La importancia de redefinir el éxito
Es fundamental también que redefinamos lo que significa el «éxito» en términos laborales. El éxito ya no está ligado solo al número de horas trabajadas o a la ausencia de interrupciones familiares en el trabajo. El verdadero éxito radica en ser capaces de encontrar nuestro propio ritmo, aprovechar nuestras fortalezas y lograr un equilibrio que nos permita sentirnos plenas en todas las áreas de nuestra vida.
Ser madre y profesional no es una lucha constante entre dos mundos; es una integración de habilidades, pasiones y valores. Es posible seguir creciendo profesionalmente y, al mismo tiempo, ser una madre presente y dedicada. La clave está en cómo organizamos nuestras prioridades, cómo nos rodeamos de redes de apoyo y cómo redefinimos nuestras expectativas.
En resumen, ser madre no debería ser un obstáculo para el desarrollo profesional. Si bien es cierto que la maternidad exige tiempo, paciencia y organización, también nos da herramientas poderosas para ser más eficientes, creativas y resilientes en el trabajo. A medida que las mujeres sigamos reclamando nuestro lugar en el ámbito profesional, será más fácil para las generaciones futuras encontrar una armonía entre ser madres y líderes en sus campos.
Hoy, te invito a cuestionar ese mito de que ser madre puede perjudicar tu carrera. La maternidad no te detiene; te transforma y te impulsa a ser la mejor versión de vos misma, tanto en lo personal como en lo profesional.