Si la maternidad es difícil en pareja, sola ni te cuento.

Soy Natalia, comunicadora social, docente y mamá. Esta es la primera nota que escribo para De Madre a Madre. Conocí a Fabi a través de una de sus charlas sobre cómo gestionar el tiempo cuando somos madres. Desde su espacio me brinda la oportunidad de compartirles diversas vivencias sobre la maternidad y esta vez lo haré sobre mi experiencia de madre soltera.

Cuando leí el resultado que me había enviado el laboratorio por mail, sentí un estupor por mi cuerpo. Decía positivo. Ese día tuve la certeza que mi vida iba a cambiar para siempre. Que, si bien no había sido buscado, decidí seguir adelante. El siguiente paso era contarle al padre, una relación que ya había dejado atrás. Al informar mi estado, desapareció. Desde ese momento supe que atravesaría el embarazo sola. Entonces me encaminé a proteger mi bienestar emocional y opté por ser pragmática. Capitalicé mis ahorros y a la par comencé con un micro emprendimiento online de ropa de bebé. Esto me salvó, porque me mantuvo enfocada en otra cosa, al margen de la futura maternidad. 

Con el nacimiento se produjo el cambio. Salí del sanatorio, y caí en la cuenta de que si bien tenía algunos familiares cercanos que me ayudaban en esos días, para cuidar a un recién nacido estaba sola. Mis ganas de dormir se juntaban con el llanto de mi bebé, con el cambio de pañal, con levantarme cada tres horas a preparar una mamadera y no había en quién delegar tareas.

La maternidad tiene días hermosos, algunos difíciles y otros muy agotadores. Pero cuando una es madre soltera, a veces se siente el doble. Toda la carga mental y responsabilidad sobre la crianza recae sobre una sola persona. Otra vivencia como mamá soltera es la necesidad de apoyo emocional, al no tener una pareja, hay días que suelen ser algo sombríos.

La vida profesional también se resiente y hay momentos que tenés la sensación que a veces no rendís como antes. Y es que nada volverá a ser como antes, por lo menos por un tiempo. De ahí surge la necesidad de reinventarse, de buscar nuevas formas de conciliar la maternidad con tipos de trabajos que se adapten a nuestra disponibilidad de tiempo, sin resignar la profesión, siempre y cuando la situación económica particular te lo permita o sea tu decisión. Además, la pandemia consolidó la virtualidad del trabajo hacia cualquier lugar del planeta sin trasladarnos y para muchas puede ser una magnífica oportunidad.

 Con esta nota quiero acompañar a otras mujeres que están pasando por esta misma situación. Para hacerlo, les dejo algunas recomendaciones que me hubiesen ayudado muchísimo cuando quedé embarazada:

  • Pedir ayuda siempre. Es significativo tener una red que te acompañe en la crianza, ya sea amistades y/o familia. 
  • No descuides tu salud mental, Es vital la contención emocional: hablá de lo que te pasa con alguien, si sentís que necesitás asistencia psicológica y tenés la posibilidad de ir a terapia, no lo dudes. Si no podés trasladarte, hoy existe la posibilidad de hacerlo virtualmente.
  • Organiza una lista de prioridades y agenda, para administrar el tiempo cuando es ínfimo y no olvidar las actividades importantes como controles pediátricos en los primeros meses, vacunas, compras, vencimientos de servicios, etc. 
  • Compra online y aprovecha los servicios de entregas a domicilio, te ayudan a ahorrar tiempo.
  • Pasá un ratito con vos misma. Si una amiga o familiar te puede cuidar a tu hijo un ratito, ni lo dudes. Pedile que lo haga y aprovechá para salir a dar una vuelta, descansar, mirar una serie o algo que sientas que necesitas para conectarte con vos misma o despejarte por un momento. Si no contratá a una niñera por horas o evalúa dejarlo un par de horas en un maternal.
  • Buscá tribu que sostenga en la crianza y apoye en lo emocional. Si no lo tenés porque tus amistades y afectos están lejos, (como es en mi caso que vivo a varios kilómetros de donde estaba mi entorno social), búscala en las redes. Me sirvió muchísimo sumarme a un grupo de crianza virtual y hablar con otras mamás, que al margen de estar sola o en pareja, compartimos vivencias y sentimientos sobre la maternidad, acompañándonos desde la compresión y el respeto. 
  • Respecto al tema legal, si después del nacimiento no llegaste a un acuerdo con el progenitor o se mantiene ausente, podés reconsiderar la vía judicial. Hay mamás que creen que es mejor no pedir nada y es respetable esa decisión. Pero hay que tener presente que, si hacemos un reclamo, no es por nosotras, sino por los derechos de nuestros hijos. Llegar a un acuerdo por cuota alimentaria, aunque sea ínfimo, puede constituir una ayuda a la hora de organizar las finanzas que con la llegada de un hijo se desordenan, y todo recae en un solo ingreso. 

Criar es un desafío, y cuando estás sola esto puede llegar a tener momentos duros. Por ello siempre que tengas la posibilidad de pedir o recibir ayuda, no la desestimes. Somos humanas y para maternar necesitamos sentirnos acompañadas.

Ahora me gustaría conocer tu experiencia de maternar y criar sola. Te leemos en comentarios. 🙂

Por Natalia Sana