Educación sexual integral: La importancia de enseñar a cuidar el cuerpo desde pequeños.

Desde el 2006, contamos con la ley 26.150 que establece el derecho de niños, niñas y adolescentes a recibir Educación Sexual Integral (ESI) en las instituciones escolares, tanto públicas como privadas. 

Pero, ¿qué es la ESI?

Se trata de un proceso de enseñanza aprendizaje que aborda la sexualidad de manera integral y tiene como ejes centrales: Valorar la afectividad, respetar la diversidad, garantizar la equidad de género, ejercer los derechos, cuidar el cuerpo y la salud. Cabe aclarar que sexualidad se entiende como una totalidad, y no se reduce a la genitalidad. 

Para conocer más sobre el tema charlamos con la licenciada Carolina Mora, especialista en psicología perinatal.  

ESI desde la cuna

 “Es fundamental como familias poder acompañar el aprendizaje de la ESI desde la cuna, porque desde el nacimiento se puede trabajar lo que es el respeto por el cuerpo de los niños y las niñas. Poder explicarles cuáles son sus partes íntimas cuando vamos a cambiarles los pañales y anticiparles que estamos haciendo eso para cuidarles y que cuando ellos crezcan van a poder hacerlos por sí mismos. Poder enseñarles que su cuerpo es suyo y que, si dicen que no, si no quieren dar besos, si no quieren abrazar eso también es válido. Y también poder brindar una educación sin estereotipos de género”, expone Carolina.

Una de las formas en que se van reproduciendo culturalmente estos estereotipos de género desde la niñez es cuando se segmenta a niños y a niñas según los colores y los juegos.

Es importante comprender que no hay juguetes de nenas y otros de nenes. Por ejemplo, un niño puede jugar con un muñeco bebote y podemos verlo como una oportunidad dónde se está interiorizando con su rol de cuidador. Ya que la crianza debe ser una responsabilidad compartida entre ambos progenitores, y no exclusividad de las madres, tal como se ha venido reproduciendo culturalmente.

Por otra parte, la psicóloga sostiene que enseñar ESI tiene múltiples beneficios en nuestros hijos e hijas, como “crecer con mayor seguridad y autoconfianza, delimitar y tener límites con las personas y no verse llevados a situaciones donde se sientan incomodes y no puedan decir lo que sienten, que tengan mayor autoconocimiento, mayor libertad en los vínculos.” Dice Carolina

¿Se habla, o no se habla?

A pesar de existir una ley nacional, la ESI ha generado ciertas reacciones en contra de su implementación en los diversos niveles educativos. Carolina nos menciona su punto de vista al respecto. Sostiene que en las familias que se oponen a la ESI hay dos grandes aristas que inciden. “Por un lado, el desconocimiento de lo que implica realmente los ejes de la ESI y su implementación en los distintos niveles. 

Hay como una idea generalizada de que la ESI es explicar métodos anticonceptivos y formas de mantener relaciones sexuales y no se tiene en cuenta que la ESI es mucho más que eso. Y eso es sólo un aspecto que se enseña y se trabaja en cierta franja etaria. Se desconoce que la ESI es trabajar con niñas y niños en primera infancia implica la prevención del abuso, hablar de las diferentes formas de familia, permitirles jugar y explorar con libertad y que no hay juguetes ni juegos ni colores ligados a un género, explica Carolina.

Y agrega que otras de las reticencias sobre la ESI están atravesadas por “toda una corriente ligada a algunas creencias religiosas, en las que no se puede considerar que la ESI es un derecho de las infancias y es algo que el Estado debe implementar. Hay grupos que plantean “con mis hijos, no” y bueno justamente pasa por entender que nuestros hijos no son nuestros, sino que su integridad y su educación está atravesada por la legalidad y por lo cultural y que no depende sólo de las creencias de cada familia”.

Black Friday 2021: consejos antes de comprar

Este viernes 26 de noviembre llega el Black Friday, otro evento más del comercio online esperado por muchas, para aprovechar los descuentos y anticiparnos a las compras navideñas. 

Abrí el ojo. 

Pero ojo, a veces no todo lo que brilla es oro. Hay «ofertas» que no son ofertas, sino todo lo contrario. Una estrategia común de algunos comercios es que el precio del producto aparezca inflado, se lo tacha y el precio real (el de todos los días) aparece como “sale” o “super descuento”.  Entonces debemos entrenar el ojo y aprender a detectar los engaños.

Desde que soy mamá, y en una economía cada vez más fluctuante, aprendí a administrar mis (ajustadas) finanzas, cambiando las mo

dalidades de consumo. 

Soy de las que espera, regatea, compara precios, beneficios y aprovecha las promos para comprar. 

Activá el modo Lita

¿Qué observó?  Más allá de las rebajas, analizó los beneficios con los diversos medios de pago. Si hay descuento por pago contado o transferencia, promos con bancos, planes largos con tarjetas sin interés (seee es re difícil de encontrar, pero los hay). También si el envío es gratis. 

Me convertí en una especie de Lita de Lazzari del e-commerce.  “Caminé, señora, caminé”. Yo lo cambié por «Chequea, mami, chequea». Entonces a scrollear señores y señoras para no dejarse engañar. 

Tips que te pueden ayudar

Seguimiento de precios. ¿Seguimiento? Sí.  Acá te dejo algunas webs que te pueden resultar útil para chequear: historial.com.ar, baratometro.com.ar  y precialo.com.ar  Estas páginas te permiten comparar cómo evolucionaron los precios. Ahí podés comprobar si antes y durante el Black Friday aumentaron, o no. 

Simulación de compra. Algunas marcas promocionan 3, 6 o 12 cuotas sin interés. Sin embargo, digitás el número de la tarjeta y ¡surprise!, es mentira. Eso se llama publicidad engañosa.

Mirar la letra chica porque en algunos casos allí aclaran que no hay cambios disponibles del producto porque es el único en stock. Tenelo en cuenta especialmente en indumentaria y calzado, porque si el talle no te va, no hay posibilidad de cambio.

Chequea si el envío es gratis y cuánto demora. Algunas marcas suelen aclarar que tardan varios días/semanas para despachar el producto cuando hay Sale (fíjate en la pestaña de “Legales”)

Comprobá la seguridad del sitio web donde compras para evitar las estafas. 

Chequea que sean sitios oficiales de las marcas. Verifica que en la parte

inferior de tu navegador aparezca un candadito cerrado y hace clic en él para comprobar la validez del certificado digital.

Si esta info te sirvió, compartirla para que cada vez seamos más las consumidoras empoderadas y no nos dejemos engañar con las “gangas” o sale que no son tales.

Ahora, si vos tenés otras estrategias a la hora de comprar, ¿te animás a contarnos cuáles? 

Por Nati Sana

El difícil camino hacia la maternidad

Toda la vida nos educaron para evitar el embarazo, pero ¿qué pasa cuando lo buscas y
no se da? Allí es cuando la reproducción asistida ingresa a tu vida, ponés el cuerpo y te sumergís en un mar de emociones.


Hablamos con Maru Pesuggi , autora de “Que me parta un milagro” y otras mamás, sobre qué cosas le pasan por la cabeza a una mujer mientras inicia un tratamiento de fertilización. “Puede que te empieces a sentir que “no servís”, y esto tiene relación a una concepción que viene desde la antigüedad que focaliza todo el problema en la mujer, cuando el problema puede venir de cualquier miembro de la pareja. Con el tiempo surgen otras emociones: incertidumbre de lo que puede o no suceder, miedo de no conseguirlo, inestabilidad en la pareja (si la hubiera) porque este tema atraviesa la intimidad en su totalidad, el celo de las panzas ajenas (otros embarazos), sentimiento de incomprensión del entorno, bronca y frustración.”

Silvana tiene 42 años y una hija de dos, nos cuenta que el hecho de no quedar embarazada le generaba sentimientos encontrados. “Antes de poder quedar embarazada el enterarme que otras personas estaban esperando un bebé me hacía sentir un poco mal. Pero no por ellos, sino porque no entendía el por qué me costaba a mí, por lo que hice mucha terapia, hasta que un día comprendí que tal vez no era mi momento”.

Volver a empezar
A veces el método de reproducción asistida no funciona y será necesario realizar varios intentos hasta conseguir el tan deseado embarazo. “Volver a intentar” parece un loop eterno. En cada tratamiento se espera el positivo, se pone el cuerpo al deseo y al sueño de la maternidad y el negativo se siente una trompada en la boca del estómago”, exclama Maru. 
Solange fue mamá a los 34 años, hoy sus mellis tienen cinco. Para esta mamá el antes, durante y después fue una odisea. Pasó por una preeclampsia, sus bebés nacieron a los 7 meses y estuvieron seis semanas internados en neo. Para Sol la búsqueda del embarazo fue una etapa compleja: “El tratamiento en su totalidad fue tan largo por todas las frustraciones que sentimos. Cada mes que no quedaba embarazada era como un duelo, llegué a tener depresión y tuve que recurrir a terapia”.


 
El miedo a perder lo que costó tanto
 
El test positivo y la felicidad de haber logrado el embarazo parece dejar atrás la ansiedad de la búsqueda, sin embargo, emerge otra emoción
Silvana nos cuenta sus miedos “se focalizaron a llegar a término, que no tuviera complicaciones el bebé.  Y casi lo tuve en reserva hasta cumplir los 6 meses. Evité fotos, salidas. Fue una decisión que tomé por ese miedo que da el perder embarazos”.
María Soledad es cardióloga, tiene 44 años y antes de quedar embarazada de su hijo
Ciro, realizó tres intentos de fertilización asistida. Ella comenta que luego de quedar
embarazada “estaba siempre angustiada, tuve una amenaza de parto prematuro, a los
5 meses, y siempre pensaba que no iba a nacer”
 

Un deseo postergado.


Hay otra realidad, y es la de las mujeres que pospusieron sus deseos de ser madre porque aún no formaron una pareja estable, o su compañero no tenía en sus planes la paternidad. También están las que pusieron toda su energía al desarrollo profesional y decidieron esperar.
Andrea, tiene 40 años, es soltera y va por su segundo tratamiento. “El deseo estaba solo que pensaba que iba a aparecer alguien para concretarlo y así fue como pasó el tiempo… Postergue la decisión más que el deseo, solo que cuando la decisión es de a dos era más difícil, mis dos últimas parejas no querían hijos”. Respecto a la contención que se necesita para afrontar este desafío, nos dice: “Es duro y es raro porque cuando no hay una pareja es como que no sabés cómo querés que te acompañen”. Andrea reflexiona que iniciar este proceso le permitió comenzar a mirarse desde otro lugar:
“Durante el tratamiento hubo un redescubrir de mi cuerpo, como un mayor
autoconocimiento y traté de cuidarlo más”

En línea con lo que manifiesta Andre, Maru Pesuggi aconseja que al momento de
entablar la búsqueda es necesario escucharse y observarse. “A veces con el objetivo de llegar al embarazo no nos damos cuenta que atropellamos todo lo que necesitamos: pausas, cambios, tiempos. No hay garantías, nadie las tiene, por eso este camino puede ser corto, mediano o largo. Sea como sea, lo ideal es ir dando pasos que también permitan disfrutar la ilusión de llegar a la maternidad.

Por Natalia Sana

La dificultad de dar la teta si no estamos acompañadas.

Comenzó otra semana mundial de la lactancia materna. Un momento de reflexión sobre el tema que va más allá de dar, o no, la teta.
En primer lugar, partimos de que amamantar siempre debe ser una decisión libre de cada madre. Además, están los casos de mamás que no pudieron dar la teta, o tuvieron que dejar de hacerlo en el ínterin por diversos motivos.
Sin embargo, para quienes deciden, y pueden, sostener una lactancia, se suelen encontrar con múltiples dificultades.

¿Qué necesitamos las madres?

Charlamos con Laura Krochik, presidenta de la Asociación Civil Argentina de Puericultura (ACADP), sobre qué cosas necesita una mamá para sostener la lactancia. “Creo que las mujeres para sostener la lactancia materna necesitamos fundamentalmente estar informadas, ser escuchadas y estar acompañadas”. Recalca que la información es poder, ya que no es lo mismo llegar a la lactancia inmediatamente posparto y tener nociones sobre una buena prendida, la bajada de leche, los tiempos del bebé, etc., que llegar sin
estarlo.
El tema del acompañamiento es otro de los pilares esenciales. Las mamás necesitamos sentirnos contenidas por nuestro entorno. “Es muy difícil dar la teta si no estamos acompañadas ya sea por una doula, o por nuestra madre, hermana, amiga, o por nuestro compañero. Dar la teta es muy complejo, requiere mucho tiempo, mucha dedicación, mucho cuerpo, mucho espacio,
mucha emocionalidad, y si no estamos acompañadas por alguien que nos sostenga a nosotras cuando nosotras estamos a la entrega total de sostener a otro, es muy difícil tener éxito en la lactancia”, agrega Laura.

La puericultura debe ser un derecho de todas.

Son innumerables los beneficios de la leche materna, tanto para la mamá como para el bebé. La OMS la recomienda de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Sin embargo, son pocas las instituciones de salud en las
que existen asesoras de lactancia que acompañen en las primeras semanas.
“Es indispensable que el Estado se haga cargo de poner en todos los ámbitos, donde las mujeres van a tener hijos, una puericultora. Hasta que no tomemos conciencia que la lactancia es responsabilidad de todos, vamos a estar siempre con índices muy bajos de lactancia materna porque es muy difícil el inicio de la lactancia sin acompañamiento, sin apoyo y sin información”, expresa Krochik.

Sin lactarios, al baño.

La vuelta al trabajo tampoco acompaña. No hay lactarios donde extraerse la leche ni almacenarla, tenés que hacerlo en un baño. Laura interpela al Estado y a la necesidad de políticas públicas que acompañen a las mujeres en la lactancia. Nos cuenta que su trabajo en ACADP, junto a otras profesionales, es asesorar a empresas y ministerios para fomentar espacios de lactancia.
También acompañan de manera gratuita en los hospitales públicos.
“Al momento de volver al trabajo los espacios no son amigables, no hay ninguna ley que nos proteja y que mínimamente nos permita volver al trabajo después de los seis meses. Por un lado, se nos dice que las mamás debemos amamantar seis meses de manera exclusiva, pero después nos dicen que a los 45 días debemos volver a trabajar. Las incoherencias a nivel Estado, a nivel política, al nivel leyes es total”, subraya.


Dar la teta es un acto de amor gigante, no sólo por el lado de los anticuerpos e inmunidad que le transmitís, sino por la conexión maravillosa que creas con tu bebé. Pero el comienzo de la lactancia a veces no es color de rosa. Mi inicio no fue fácil. Esperé casi seis días la bajada de leche, después de una cesárea. Lloré de dolor con dos mastitis en el trayecto, pero logré seguir adelante.
Si recién comenzás te digo dos cosas: paciencia y tranquilidad. No siempre es fácil, pero vas a poder, si vos querés y es tu elección.

Tener un parto respetado es un derecho de todas.

Transitamos la semana mundial del parto respetado. Una instancia para visibilizar las situaciones de violencia que atravesamos las mujeres al momento de parir. Violencia que a veces hemos naturalizado como parte de la rutina médica. Prácticas no informadas, gritos, subestimación, entre otras. Ir a parir es un momento en el que sentimos mucha vulnerabilidad. Por lo tanto, necesitamos estar contenidas y ser escuchadas.

El parto respetado es la posibilidad de que cada mujer embarazada sea contemplada en su decisión de cómo parir y a recibir un trato digno. 

En Argentina, la ley 25929 garantiza el derecho a un parto humanizado como modalidad de prevención de la violencia obstétrica.

¿Cuáles son tus derechos?

A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas 

A ser tratada con respeto, y que se garantice tu intimidad.

A ser considerada como persona sana de modo que seas protagonista de tu propio parto.

Al parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y medicación que no estén justificados.

A ser informada sobre la evolución de tu parto y el estado de tu bebé.

A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.

A estar acompañada, por una persona de tu confianza durante el trabajo de parto, parto y postparto. (Sí, sí, aún en tiempos de pandemia).

A tener a tu lado a tu bebé, siempre que no requiera de cuidados especiales.

Hagamos un plan

Te recomendamos elaborar un plan de parto y presentarlo ante la institución en la que vas a atenderte (googleá que hay varios modelos). Es un documento en el que expresas por escrito cómo te gustaría que fuera tu parto, para que el equipo médico conozca tus preferencias y las respete al momento del nacimiento de tu bebé. 

En este espacio promovemos que seas vos la protagonista. La decisión de cómo parir debe ser tuya, siempre que no implique un riesgo para tu bebé.

Parto vaginal o cesárea son formas de parir. No seremos menos madres por hacerlo de una forma u otra. 

Te animás a contarnos cómo fue la experiencia de tu parto: ¿Fue respetuoso? ¿Te permitieron estar acompañada? ¿Sabías de la existencia de esta ley? 

Por Natalia Sana

Se cierran las escuelas, ¿cómo le explicamos a nuestros hijos?

*Crédito imágen: Kelly Sikkema para Unsplash

En este contexto de pandemia pueden suceder eventos que afectan la nueva “normalidad” de la escolaridad de nuestros hijos, tal como la suspensión de clases presenciales decretada en el AMBA por dos semanas. Sabemos que la decisión de cierre de las escuelas puede ser una medida polémica, en que algunos pueden estar de acuerdo y otros no. Sin embargo, más allá del debate sobre el tema, queremos ayudarles a cómo transmitirles a los chicos esa decisión que escapa a nosotros, pero en la que sí es importante comunicarles tranquilidad y explicarles a nuestros hijos el porqué de la medida, al margen de nuestras percepciones sobre la misma. 

Charlamos con Maritchu Seitún, psicóloga especialista en orientación a padres para que nos aconseje de qué forma podemos acompañar y contener a los niños ante esta situación. Ella nos recomienda que debemos actuar “con mucha escucha empática: el enojo, la frustración, el miedo, incluso a veces la culpa, necesitan ser conversados y calmados por los adultos.  En cierto sentido es mejor porque ya sabemos de qué se trata, que no es eterno y que se sobrevive, pero por otro es angustiante, el año pasado estuvimos “guardados” muchos meses, pero se fueron extendiendo, no sabíamos lo largo que podía ser, hoy tenemos mayor conciencia de lo duro, largo y difícil que es un invierno dentro de casa.”

Por otra parte, la psicóloga nos expresa que “lo primero que tenemos que hacer es lograr nosotros estar tranquilos” y explicarles “que hay buenas razones para que se queden en casa, que es lo más seguro, aunque sea aburrido para ellos, incómodo para nosotros, aunque vuelva a exigirnos cambios en la vida diaria y presiones de escolarización a distancia.  Y volvemos en ese caso a las recomendaciones de 2020: que se muevan activamente, que jueguen, que tengan interacciones sociales en pantallas, que participen de las clases online”.

Otra de las cosas que nos sugiere Maritchu es que les manifestemos a nuestros hijos que se trata de una medida que se toma para cuidar a los mayores y al personal médico “para que los doctores no tengan que cuidar a tanta gente al mismo tiempo ni se llenen los hospitales”. 

Ella nos recomienda que deberíamos apelar a los juegos para graficar la situación y como medio para que los más chicos canalicen sus emociones por ese medio:

Hoy en todas las casas debería haber un juego de doctor para que los chicos cuelguen y calmen sus ansiedades por ese medio”. 

También nos señala que es importante que mientras esperamos que los chicos vuelvan al colegio, los adultos demos el ejemplo siendo responsables cumpliendo los protocolos recomendados (uso de barbijo, lavado de manos, evitar aglomeraciones, distanciamiento social, reuniones con poca gente al aire libre) y no neguemos la pandemia. 

De la misma manera, hay que concientizar a los adolescentes en temas de responsabilidad social. “Los adultos decidimos, no se trata de convencerlos de que esto es bueno para ellos, sino de informarles cuáles son las condiciones para los próximos días, esto es especialmente válido para los adolescentes que tienden a creer por su omnipotencia que son “a prueba de covid”, no le tienen miedo ni les preocupa enfermarse, sin darse cuenta de los riesgos para la comunidad del avance descontrolado del virus y sin conciencia de que son un eslabón clave en esa cadena de contagios”, sostiene Maritchu Seitún.

Entre todos debemos colaborar para que podamos salir adelante de esta situación, bajar el índice de contagios y contribuir con el retorno a la presencialidad de las clases en este contexto de “nueva normalidad”.

Por Natalia Sana

*Crédito imágen: Kelly Sikkema para Unsplash

Si la maternidad es difícil en pareja, sola ni te cuento.

Soy Natalia, comunicadora social, docente y mamá. Esta es la primera nota que escribo para De Madre a Madre. Conocí a Fabi a través de una de sus charlas sobre cómo gestionar el tiempo cuando somos madres. Desde su espacio me brinda la oportunidad de compartirles diversas vivencias sobre la maternidad y esta vez lo haré sobre mi experiencia de madre soltera.

Cuando leí el resultado que me había enviado el laboratorio por mail, sentí un estupor por mi cuerpo. Decía positivo. Ese día tuve la certeza que mi vida iba a cambiar para siempre. Que, si bien no había sido buscado, decidí seguir adelante. El siguiente paso era contarle al padre, una relación que ya había dejado atrás. Al informar mi estado, desapareció. Desde ese momento supe que atravesaría el embarazo sola. Entonces me encaminé a proteger mi bienestar emocional y opté por ser pragmática. Capitalicé mis ahorros y a la par comencé con un micro emprendimiento online de ropa de bebé. Esto me salvó, porque me mantuvo enfocada en otra cosa, al margen de la futura maternidad. 

Con el nacimiento se produjo el cambio. Salí del sanatorio, y caí en la cuenta de que si bien tenía algunos familiares cercanos que me ayudaban en esos días, para cuidar a un recién nacido estaba sola. Mis ganas de dormir se juntaban con el llanto de mi bebé, con el cambio de pañal, con levantarme cada tres horas a preparar una mamadera y no había en quién delegar tareas.

La maternidad tiene días hermosos, algunos difíciles y otros muy agotadores. Pero cuando una es madre soltera, a veces se siente el doble. Toda la carga mental y responsabilidad sobre la crianza recae sobre una sola persona. Otra vivencia como mamá soltera es la necesidad de apoyo emocional, al no tener una pareja, hay días que suelen ser algo sombríos.

La vida profesional también se resiente y hay momentos que tenés la sensación que a veces no rendís como antes. Y es que nada volverá a ser como antes, por lo menos por un tiempo. De ahí surge la necesidad de reinventarse, de buscar nuevas formas de conciliar la maternidad con tipos de trabajos que se adapten a nuestra disponibilidad de tiempo, sin resignar la profesión, siempre y cuando la situación económica particular te lo permita o sea tu decisión. Además, la pandemia consolidó la virtualidad del trabajo hacia cualquier lugar del planeta sin trasladarnos y para muchas puede ser una magnífica oportunidad.

 Con esta nota quiero acompañar a otras mujeres que están pasando por esta misma situación. Para hacerlo, les dejo algunas recomendaciones que me hubiesen ayudado muchísimo cuando quedé embarazada:

  • Pedir ayuda siempre. Es significativo tener una red que te acompañe en la crianza, ya sea amistades y/o familia. 
  • No descuides tu salud mental, Es vital la contención emocional: hablá de lo que te pasa con alguien, si sentís que necesitás asistencia psicológica y tenés la posibilidad de ir a terapia, no lo dudes. Si no podés trasladarte, hoy existe la posibilidad de hacerlo virtualmente.
  • Organiza una lista de prioridades y agenda, para administrar el tiempo cuando es ínfimo y no olvidar las actividades importantes como controles pediátricos en los primeros meses, vacunas, compras, vencimientos de servicios, etc. 
  • Compra online y aprovecha los servicios de entregas a domicilio, te ayudan a ahorrar tiempo.
  • Pasá un ratito con vos misma. Si una amiga o familiar te puede cuidar a tu hijo un ratito, ni lo dudes. Pedile que lo haga y aprovechá para salir a dar una vuelta, descansar, mirar una serie o algo que sientas que necesitas para conectarte con vos misma o despejarte por un momento. Si no contratá a una niñera por horas o evalúa dejarlo un par de horas en un maternal.
  • Buscá tribu que sostenga en la crianza y apoye en lo emocional. Si no lo tenés porque tus amistades y afectos están lejos, (como es en mi caso que vivo a varios kilómetros de donde estaba mi entorno social), búscala en las redes. Me sirvió muchísimo sumarme a un grupo de crianza virtual y hablar con otras mamás, que al margen de estar sola o en pareja, compartimos vivencias y sentimientos sobre la maternidad, acompañándonos desde la compresión y el respeto. 
  • Respecto al tema legal, si después del nacimiento no llegaste a un acuerdo con el progenitor o se mantiene ausente, podés reconsiderar la vía judicial. Hay mamás que creen que es mejor no pedir nada y es respetable esa decisión. Pero hay que tener presente que, si hacemos un reclamo, no es por nosotras, sino por los derechos de nuestros hijos. Llegar a un acuerdo por cuota alimentaria, aunque sea ínfimo, puede constituir una ayuda a la hora de organizar las finanzas que con la llegada de un hijo se desordenan, y todo recae en un solo ingreso. 

Criar es un desafío, y cuando estás sola esto puede llegar a tener momentos duros. Por ello siempre que tengas la posibilidad de pedir o recibir ayuda, no la desestimes. Somos humanas y para maternar necesitamos sentirnos acompañadas.

Ahora me gustaría conocer tu experiencia de maternar y criar sola. Te leemos en comentarios. 🙂

Por Natalia Sana