Educación sexual integral: La importancia de enseñar a cuidar el cuerpo desde pequeños.

Desde el 2006, contamos con la ley 26.150 que establece el derecho de niños, niñas y adolescentes a recibir Educación Sexual Integral (ESI) en las instituciones escolares, tanto públicas como privadas. 

Pero, ¿qué es la ESI?

Se trata de un proceso de enseñanza aprendizaje que aborda la sexualidad de manera integral y tiene como ejes centrales: Valorar la afectividad, respetar la diversidad, garantizar la equidad de género, ejercer los derechos, cuidar el cuerpo y la salud. Cabe aclarar que sexualidad se entiende como una totalidad, y no se reduce a la genitalidad. 

Para conocer más sobre el tema charlamos con la licenciada Carolina Mora, especialista en psicología perinatal.  

ESI desde la cuna

 “Es fundamental como familias poder acompañar el aprendizaje de la ESI desde la cuna, porque desde el nacimiento se puede trabajar lo que es el respeto por el cuerpo de los niños y las niñas. Poder explicarles cuáles son sus partes íntimas cuando vamos a cambiarles los pañales y anticiparles que estamos haciendo eso para cuidarles y que cuando ellos crezcan van a poder hacerlos por sí mismos. Poder enseñarles que su cuerpo es suyo y que, si dicen que no, si no quieren dar besos, si no quieren abrazar eso también es válido. Y también poder brindar una educación sin estereotipos de género”, expone Carolina.

Una de las formas en que se van reproduciendo culturalmente estos estereotipos de género desde la niñez es cuando se segmenta a niños y a niñas según los colores y los juegos.

Es importante comprender que no hay juguetes de nenas y otros de nenes. Por ejemplo, un niño puede jugar con un muñeco bebote y podemos verlo como una oportunidad dónde se está interiorizando con su rol de cuidador. Ya que la crianza debe ser una responsabilidad compartida entre ambos progenitores, y no exclusividad de las madres, tal como se ha venido reproduciendo culturalmente.

Por otra parte, la psicóloga sostiene que enseñar ESI tiene múltiples beneficios en nuestros hijos e hijas, como “crecer con mayor seguridad y autoconfianza, delimitar y tener límites con las personas y no verse llevados a situaciones donde se sientan incomodes y no puedan decir lo que sienten, que tengan mayor autoconocimiento, mayor libertad en los vínculos.” Dice Carolina

¿Se habla, o no se habla?

A pesar de existir una ley nacional, la ESI ha generado ciertas reacciones en contra de su implementación en los diversos niveles educativos. Carolina nos menciona su punto de vista al respecto. Sostiene que en las familias que se oponen a la ESI hay dos grandes aristas que inciden. “Por un lado, el desconocimiento de lo que implica realmente los ejes de la ESI y su implementación en los distintos niveles. 

Hay como una idea generalizada de que la ESI es explicar métodos anticonceptivos y formas de mantener relaciones sexuales y no se tiene en cuenta que la ESI es mucho más que eso. Y eso es sólo un aspecto que se enseña y se trabaja en cierta franja etaria. Se desconoce que la ESI es trabajar con niñas y niños en primera infancia implica la prevención del abuso, hablar de las diferentes formas de familia, permitirles jugar y explorar con libertad y que no hay juguetes ni juegos ni colores ligados a un género, explica Carolina.

Y agrega que otras de las reticencias sobre la ESI están atravesadas por “toda una corriente ligada a algunas creencias religiosas, en las que no se puede considerar que la ESI es un derecho de las infancias y es algo que el Estado debe implementar. Hay grupos que plantean “con mis hijos, no” y bueno justamente pasa por entender que nuestros hijos no son nuestros, sino que su integridad y su educación está atravesada por la legalidad y por lo cultural y que no depende sólo de las creencias de cada familia”.