Me acuerdo allá lejos, cuando inicié este camino como mamá blogger. Conté lo difícil que fue lograr amamantar a mi hija mayor, rompiendo con la idealización de que ser madre era fácil. De que lo natural era fácil. Para mí, no lo fue, y al compartir mi experiencia en «De Madre a Madre», entendí que no estaba sola.
Ya sabemos que la lactancia materna es el mejor alimento que podemos brindarles a nuestros hijos, pero quiero tranquilizarte: nueve años después de no haber logrado un excelente desempeño en este punto, me doy cuenta de que nos preocupamos más de lo que realmente merece. Recuerdo que la culpa me invadió muchísimo. No había forma de que funcionara, y después de cuatro meses de intentos y lactancia mixta, me rendí, o mejor dicho, escuché el pedido de mi hija cuando eligió la mamadera.
Con mi segunda hija, por razones de salud que ya he contado varias veces, directamente no pude darle la revancha.
Agosto es el Mes de la Lactancia Materna, un tiempo dedicado a celebrar y promover los beneficios de amamantar a nuestros pequeños. Sin embargo, es crucial recordar que cada madre y cada situación son únicas. Lo que funciona para una familia puede no ser factible para otra, y eso está bien. Cada madre hace lo que puede dentro de sus posibilidades, y esa es la verdadera esencia de la maternidad.
La lactancia materna ofrece innumerables beneficios tanto para el bebé como para la madre. Proporciona los nutrientes esenciales que los bebés necesitan para crecer fuertes y saludables y fortalece el vínculo emocional entre madre e hijo. Además, ayuda a proteger a los bebés de infecciones y enfermedades.
Sin embargo, no todas las madres pueden amamantar exclusivamente o por largos períodos debido a diversas razones, como problemas médicos, falta de apoyo, desafíos laborales o personales. Es vital reconocer y respetar estas realidades y entender que cada madre hace lo mejor que puede con los recursos y el conocimiento que tiene.
El Mes de la Lactancia Materna es un momento para celebrar y promover la lactancia, pero también es un tiempo para reconocer y apoyar las diversas experiencias de todas las madres. Cada madre hace lo mejor que puede dentro de sus posibilidades, y ese esfuerzo merece ser celebrado y respetado.
