La maternidad nos trae nuevas motivaciones y también algunos cambios. ¿Qué sucede con la pareja al convertirnos en madres? ¿Es más difícil continuar la rutina como tal, o afianza la relación?
Por supuesto que siempre cuando hablamos sobre temas que exceden mi capacidad profesional para opinar invito a un especialista en el tema. Hoy Mauricio Strugo, psicólogo terapeuta Gestalt y especialista en vínculos, quién trabaja realizando talleres, charlas y dando clases en distintas instituciones acerca de la pareja, el posparto y el rol del hombre en la crianza nos responde.
A todos nos cuestan los cambios, sobre todo si a partir de que la mujer se convierte en madre por momentos producto del posparto y el puerperio parece alguien desconocida, pero como todas las cosas en la vida necesitan fluir también es saludable que las personas cambiemos y el hecho de convertirnos en padres en todos genera un impacto tan grande, mezcla de alegría y desconcierto, que seguramente somos otros, cambiamos y tenemos que volver de alguna manera a reconocernos. La mujer está haciendo uno de los actos más nobles y trascendentales de su vida y es hacer que ese hijo sobreviva porque nace con una indefensión tal que necesita de ese amor materno diseñado para que se adapte a este mundo tan diferente al del vientre.
Vivimos en una sociedad donde lo que se considera productivo es lo que se traduce en una ganancia económica y entonces no genera dinero entonces pareciera que no trabaja sin embargo todos sabemos lo importante y lo duro que suele ser para una mujer, tener que ocuparse de un hijo ocuparse del hogar realizar todo para que funcione esta estructura para que quién vaya trabajar para percibir dinero también tenga una organización tal que pueda hacerlo. ¿Qué sueldo pagarías a alguien que se está ocupando de tus hijos? ¿CuÁnto vale la hora de trabajo y la confianza cuando están cuidando algo que implica mayor responsabilidad que muchísimos trabajos, por las consecuencias de un posible descuido?… y si encima de eso esa persona se encarga del hogar de la ropa de la cocina; no todo es dinero y aunque por supuesto hay que generarlo para sustentarse también hay que ver qué si decidimos tener hijos este también es un trabajo que tenemos que compartir.
La recomendación sería que no caigan en la fácil de burlarse, minimizar lo que le pasa su mujer, porque tener a un hijo abrochada una, sin siquiera poder ir un minuto al baño, no es tarea fácil; les pediría por favor, que no subestimen el trabajo de una mujer como madre, que entiendan que esto que les pasa en el posparto es absolutamente normal y una gran oportunidad de transformación que no es posible sin una crisis, que en vez de bajar línea tenemos que contener, estar, mostrarnos como padres, ocupando nuestro rol y aceptando los cambios de ella y a la vez pudiendo manifestar nuestros sentimientos poquito que las cosas se vayan normalizando.
Es un gran mito creer que los hombres necesitamos sexo constantemente, de hecho está comprobado que la libido en los hombres baja cuando nos convertimos en padres; en general cuando un hombre en la etapa del posparto apura la sexualidad, lo hace como una manera desesperada (y a veces brutales) de buscar la mirada, de buscar el vínculo con su mujer, que antes era exclusivamente su pareja y que aunque se encuentre mirando a un hijo deseado por ambos, a perdido su lugar; muchas veces la sexualidad es un arma para una batalla en La que tenemos todo para perder, buscando y forzando un encuentro que seguramente si sucede no va a ser amoroso y producirá una distancia aún mayor a la que por el posparto mismo ya había.
El lugar del padre es tan importante como el de la madre para el crecimiento de nuestros hijos. Cuando un padre está presente desde el amor desde la complicidad y también desde la educación los niños cuentan con ese adulto que al ser diferente por ser hombre puede aportar un montón de beneficios psíquicos para el crecimiento y la salud mental; Al contrario cuando los padres creemos que alcanza con proveer alimentos sustento y no nos involucramos en la crianza esto genera inseguridad temor y miedo en nuestros hijos no les provee el autoestima suficiente para poder salir a la vida con las herramientas brindadas tanto por papá como por mamá, cada uno con sus características.
Muchas veces los hombres subestimamos el trabajo de las mujeres, creemos que todo pasa por una ganancia económica y al ser nosotros los que por cuestiones funcionales trabajamos más horas, no nos damos cuenta que el trabajo en la mujer posibilita que ella pueda volver a conectarse con otros roles que abandono o dejo de lado para criar al hijo de ambos; ponemos todo tipo de excusas oponiéndonos a que nos corran de ese lugar de “macho alfa proveedor” que nos coloca en una tarima de poder y control pero que en el fondo refleja la inseguridad que genera tener a una mujer que puede ser ambas cosas madre y trabajadora; desvalorizamos y a veces boicoteamos los esfuerzos que ellas hacen para volver a conectar con el trabajo con lo difícil que es separarse de los hijos, diciendo que tienen tiempo libre mientras están con los niños, que trabajen allí, cuando si de verdad estamos conectados con la situación sabemos cuan difícil es producir cuando tenemos niños colgados, tironeando de la ropa mientras intentamos redactar sos frases; imposible y desquician; tenemos que ser posibilitadores, primero porque si es el deseo de esa mujer es absolutamente respetable y segundo porque quedarse a partir de allí empobrecida con el único rol de ser madre, si no es algo deseado es absolutamente enfermante primero para ella y luego para todo el entorno. Seguro más de una de va sentir identificada con estas situaciones! Las invito a que sigan a Mauricio en sus redes y también lean su libro que está buenísimo! 🙂 |